Nos recibe Galatina con sabor a dulce crema pastelera en sus originarios pasticciottos que degustamos delante de la catedral de San Pietro.
Pero la sorpresa estaba por llegar; cuando visitamos Santa Caterina sus frescos nos dejaron con la boca abierta. Nos despidió la bella sonrisa de Lampada Senza Luce de Gaetano Martínez, recordándonos siempre el poder de la donna.
Lecce, la Florencia del Sur, fue descubierta por nuestros alumnos siguiendo el dédalo de pistas que Ángelo había propuesto: La piazza del Duomo, el escudo con la loba y la encina, su anfiteatro romano, el arco del triunfo; recogía la maravilla construida con la piedra de Lecce, blanca y porosa testigo del esplendor barroco y del paso del tiempo.
Más tarde quisimos acostar al sol en el límpido Jónico, pero las nubes celosas nos hurtaron la labor. Así que decidimos recorrer las empedradas calles de Gallípoli y dejar esa tarea para un próximo encuentro en el marco de un nuevo proyecto.
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